Atrapada en tus versos
Solo nos habíamos visto una vez. Recuerdo que tenía unos ojazos. Que prácticamente se presentó a la cita en chándal, el capullo. Que tenía un humor maligno muy similar al mío. Que cuando sonreía me parecía el tío más guapo del mundo. Y que la única y última noche que pasamos juntos fue la peor de mi vida.