California Baby
Por las noches acunada en sus brazos, juraba al ritmo de su corazón que podía arreglarlo, arrullada por la tonada de su respiración profunda lo volvía mi melodía favorita. Pero al amanecer, la miel se volvía gasolina, y la pasión encendía la chispa que incendiaba todo. Él me consumía. Yo lo enloquecía. Ninguno podía t...