Un hombre el cual tiene más defectos que cualidades, más mal hábitos que buenos, y menos sonrisas qué regalarle al mundo. Un hombre tan frágil, que si tan solo pusieras tu dedo en el lugar equivocado, se derrumbaría en segundos, sin dejar nada más de él. Un hombre el cual quiere luchar por su felicidad, pero en realidad, no encuentra motivo por el cual hacerlo. Un hombre, tan hermosamente imperfecto, que dentro de todo eso, lo hacía perfecto a su manera.

Dawn está perdidamente enamorada de Samuel Pipes, el chico más lindo de todo el instituto. Todo el mundo lo sabe, incluso él. Y en su primera borrachera, con su juicio nublado por el alcohol, y en medio de un arranque de valentía, hizo lo que jamás imaginó: invitó a Samuel a salir... Sintió que su corazón se detuvo cuando le fue robado un pequeño beso. ¿El problema? Porque sí, hay uno. Dawn no tiene ni la más mínima idea de cómo dar un buen beso. ¿La solución? Porque siempre hay una. Acudir a Eli Brown, el mejor besador (según muchas fuentes) de todo el instituto. Estaba segura que con un buen beso, Samuel caería redondito por ella, sino es que alguien más lo hace primero. Portada hecha por @mileidy_blanco