No me gusta One Direction. Así que, ¿Alguien puede hacerme el favor de explicarme porque estoy atrapada en un reality con los cinco chicos que han arrebatado el corazón a millones de chicas?

"Tanto ella como él decían que no se podían enamorar y arriesgaron demasiado llevando su amistad al límite, pero se olvidaron de que siempre hay una excepción que confirma la regla."

El cliché es inevitable y bastante comodo, pero ¿que pasa cuando alguien quiere romperlo? Acompañen a Marilyn, una adolescente un tanto alocada que se embarca en la "Mision Imposible" de olvidar a su nemesis, al chico popular, al condenadamente atractivo, a Luke Hemmings.

En donde Camille, hace todo lo posible por que Luke le haga caso. ¿Luke se dará cuenta que todo fue una apuesta con su mejor amigo? ¿que hará Luke?

Es horrible la sensación que te inunda cuando te das cuenta de que no tienes nada, no tienes con quien y mucho menos a donde ir... Pero el sentimiento que te abarca cuando todo parece arreglarse es lo mejor del universo, sin duda alguna. Te hace apreciar las cosas o pocas cosas que tienes de una sobremanera.

“Solo necesitas la luz cuando empieza a oscurecer Solo necesitas el sol cuando empieza a nevar Solo sabes que estuviste arriba cuando estas abajo Solo odias la ruta cuando extrañas tu hogar Solo sabes que la quieres, cuando la dejaste ir. Y la dejaste ir” (Fragmento traducido de Let Her Go-Passenger) “Adiós, Luke. Y suerte” Fueron las últimas palabras que Luke Hemmings escucho de su “vieja algo más que amiga” Marilyn Kennedy Carmichael. Su mundo se derrumbó con esas palabras. Y ante conocer el ultimo secreto que ella le guardaba, emprende un viaje impulsivo y lleno de contras, para recuperar lo que no sabía que tenía, pero perdió.

—Treinta , solo dame treinta días y lo conseguiré —dijo Harry con la sonrisa llena de triunfo. Rodé los ojos y me puse de pie , sacudiendo mis jeans, él también se puso de pie. —De todas maneras no lo conseguirás en treinta días .. Tampoco en cien o en quinientos simplemente nunca pasará —dije yo. Subí hasta el tercer escalón cuando su grito me detuvo. —¡Lena! , ¡Espera!— gritó . Me giré y lo miré atenta—¿Quieres hacer una apuesta de eso?—preguntó con la sonrisa picara y extremadamente sexy que lo caracterizaba.