versoabeso
-Vecina, ¿tienes un poco de sal?-un chico con sonrisa petulante me mira desde la puerta. Abro los ojos con sorpresa, derrocha arrogancia por todos los poros de su cuerpo.
-¿Te falta sal? Será porque tienes exceso de otras cosas...-ruedo los ojos y cierro la puerta. No le había visto nunca por aquí. Sigo cepillándome el cabello, como hacía antes de que llamaran a la puerta, poniendo cada onda en su sitio.
Espera...
¡¿Ha dicho "vecina"?!