Mi razón de vivir
El destino nos unió, nos separo y nos volvió a unir, pero cariño, los dos sabemos que todo pasa por algo. No eran sus músculos y tampoco su pasado; eran sus ojos, aquellas ventanas verdes que tanto me encantaban, sus raras formas de hacerme reír y de sacar lo mejor de mi siempre.