Me llamo Brooke y tengo 17 años. Mi vida es como cualquier otra de una chica de mi edad. Pero todo cambia, mis amigos y yo terminamos siendo parte de algo de lo que debemos salir pronto. Todo da un giro inesperado, estar en el lugar equivocado en el momento equivocado trae consecuencias. Y un pueblo tranquilo deja de serlo cuando comienzan a sumergir sus oscuros secretos. A pesar de todo hay algo bueno, bajo todos los misterios y problemas, encuentro el amor, una palabra que desconocía. Pero...al igual que el pueblo y sus habitantes, el también tendrá oscuros secretos? Supongo que es otra de las cosas que debo descubrir.

A los 7 años encontré una paloma herida en el jardín trasero, y fue eso lo que despertó aquello que hasta ese momento había permanecido dormido. Tomé a la paloma y la llevé detrás de un árbol, recogí mi rojizo cabello en una coleta y me puse manos a la obra; empecé arrancandole las plumas de las alas una por una, luego con mi mano tomé la cabeza y la estiré hasta que estuvo separada del cuerpo, mientras que lo demás es historia. Hacía eso cada vez que podía, y cada vez que una víctima se cruzaba en mi camino, como el gato de la hermana Teresa. Me han llamado psicópata, loca y muchas otras tontadas, pero me gusta que lo hagan, porque cada vez que esas palabras son pronunciadas algo en mi estómago aletea, lo sé soy rara...

Celeste se encuentra atrapada en un enigma envuelto en la neblina de sus sueños. Con cada noche que pasa, la figura de Gabriel se vuelve más clara y persistente en su mente, aunque aún no haya cruzado su sendero en la vigilia. Sus ojos la miran desde lo profundo de la oscuridad, y sus facciones son tan familiares como inquietantes. Pero estos sueños no son simples quimeras; son episodios que rozan la realidad. En ocasiones, Celeste puede sentir el calor de su abrazo, el roce de sus labios, la suavidad de su piel, como si estuviera allí, en carne y hueso. ¿Son estos encuentros producto de su imaginación, o acaso hay un lazo más oscuro que los une? A medida que Celeste se sumerge más en este mundo onírico, las sombras comienzan a extenderse hacia su realidad, tejiendo un tapiz de misterio y malevolencia. Con cada despertar, las líneas entre lo soñado y lo vivido se desdibujan más, y las consecuencias amenazan con arrastrarla a un abismo del que tal vez no haya retorno.

Este escrito es un fragmento de un proyecto personal que escribo desde hace años. Es un relato corto y sugerente, que describe muchos de esos sentimientos y sensaciones que se experimentan cuando la química del amor se convierte en un potente cóctel hormonal. Contiene lenguaje sexual, así que se recomienda discreción del lector. Todos los derechos reservados.