Soberbia. Uno de los siete pecados capitales, que a pesar de no ser el más terrible sigue siendo igual de mortífero en las manos adecuadas. Astaroth tenía su don, se creía el mejor siempre, y si alguien le decía lo contrario se veía envuelto en la más violenta pelea, sin embargo había una cosa en que alguien lo superaba, en conquistar el amor. Eso no lo podía permitir, ¿verdad?

A dos años de aquella gran tragedia que la deja sumida en la oscuridad, Lena, se encuentra con una oportunidad que no puede dejar pasar. Su trabajo es bien remunerado y aquello que le piden es demasiado tentador. ¿El gran problema? Debe cruzar el portal para matar al desgraciado, sin saber que del otro lado se encontraría con la verdad más dolorosa.

Un secreto se oculta bajo los suelos de tierra santa, algo oscuro y con un origen mucho más terrible del que se conoce, un niño encerrado que fue criado como monstruo, alejado de todos por ser hijo del ser equivocado, juntando rencor e ira contra aquellos que lo han humillado, esperando el día en que su destino sea ser liberado. Un maligno escondido de todos, lejos de su gran propósito, ser el Rey de los demonios. Hasta que ella lo encuentra.