«Las desgracias vienen de a tres» ¿Será cierto, o solo es la antesala al infierno por venir? Bastian Finnegan es un forense casado con su trabajo, o eso pensaba. No tiene mucho que se unió para ayudar en el caso que le ha puesto los pelos de punta a la ciudad: el hallazgo de los cadáveres quemados en distintas zonas de su cuerpo, y a quienes les falta parte del mismo. Terry Duval es un detective recién ascendido, gracias a su contribución en un caso de asesinato un año atrás. Arrogante, impulsivo y con un trabajo por el que se desvive; no tiene tiempo para nada más y tampoco le importa. Un día recibe una sorpresa, tiene que hacerse cargo de un bebé que llegó a su casa. No sabe de dónde o por qué vino a él, solo que ahora es su responsabilidad. ¿Tendrán relación estos casos? Sus mundos colisionaron gracias a una serie de eventos. Ahora les toca trabajar juntos, a pesar de sus diferencias, para atrapar al Dr. Frankenstein, como han apodado al asesino de la ciudad. ¿Lograrán hacerlo antes de que haya más víctimas? No se aceptan copias, ni adaptaciones. Di no al plagio. La increíble portada es creación de @Jakirasaga ¡Muchas gracias!

Nunca me había imaginado con un chico. Hasta que apareció él. [Basado en hechos reales]

Crowley es un Alpha enamorado de su amigo de toda la vida Azirafel, Azirafel había creído siempre que era un Beta hasta que sufre un episodio de celo que lo lleva a descubrir su naturaleza Omega y tener que comenzar a adaptarse a esa nueva vida contando con el apoyo incondicional de Crowley.

Un nuevo cargamento de libros llega a A.Z. Fell and Co. Crowley no puede resistir la tentación de llevarse con sigo uno de los ejemplares que su ángel llama "Libro Maldito". Después de todo, el era un demonio ¿qué daño le haría una pequeña maldición?

Anthony J. Crowley era un trabajador que limpiaba vidrios en la gran Metrópoli de Londres, se creía el mejor en ello, y como no, tenía habilidad, pero fue aquello combinado con una gran carga de ego y estrés que hizo que cayera en caída libre contra el pavimento por lo menos unos 20 metros causándole una incómoda visita al médico, por lo menos unos 9 meses de reposo. Y mientras se lamentaba de lo imbécil que había sido y de que seguro lo despedirían por aquello, un hombre con mirada angelical se disponía cada día a cambiarle el cómodo. ¿Ocurrirá algo más que las peleas de ver si el pelirrojo terminaba su comida de hospital, o el querido Aziraphale tendrá que soportar mucho más de el?