Quiero una criatura angelical que me arrastre dulcemente al mismísimo infierno, que me obligue a hacer cosas perversas porque quiero hacerlas y que, bajo sus ojitos inocentes y su sonrisa de ramera, sienta que no hago nada malo. Porque todo a su lado es posible, ajeno a la moral, sólo entre ella y yo. Será incontrolable, mi niña mimada, no querré decirle que no a sus antojos. Ella… Alba sabe lo que necesito. - Yo..- Secó una de sus lágrimas y me abrazó.- Creo que te quiero. Ahí me di cuenta de todo. Ella me dijo que era diferente, que no era como las demás famosas creídas y tontas. Vi en sus ojos que lo que decía era cierto, que en verdad me quería. Lo peor es que yo sentía lo mismo. Estaba profundamente enamorado de mi ídola, de aquella chica que me hacía perder la cabeza.

Moraleja: Así es la vida. No esperes para decirle a ese alguien especial lo que sientes. Díselo hoy. Mañana puede ser muy tarde.