Lo escribí a mis 14 años. He decidido compartirlo en un ataque de nostalgia. De niña quemaba casi todo lo que escribía; cuentos, poesía y canciones como un tributo efímero al olvido... sin embrago este escrito sobrevivió a aquel instinto de fuego. Como dinosaurio que deja sus restos en el corazón de la tierra, yo dejo como vestigio de mi existencia esta huella...

Noches... en que la mente se pierde buscando forma a los nudos de la madera del techo. El insomnio se apodera del cuerpo agotado y... ¡Nace!, un sonámbulo o un monstruo. Para ti... que en ocasiones eres el soñado y no el vívido. Te dedico este cuento alegre con sabor a recuerdos de mundos que solo tú y yo hemos conocido. Con la esperanza de que encuentres entre letras, el mensaje secreto y prohibido. Te dedico este cuento a ti... dibujante y ladrón de servilletas.