El algoritmo de la mente: el efecto ansiolítico de la poesía.
A veces la mejor droga es aquella que se sumerge detrás del caos, aquella que vela dentro de mares violentos y sin navegantes. Creo que los mejores finales son aquellos que no tienen finales, y aquellas historias que mueren son las que se convierten en leyendas. Alguna vez imaginé cómo la oscuridad me consumía y mis d...