enbusquedadelallave
Después de todo ¿qué podía hacer?...... ¿Que debía hacer? Se había marchado sin mirar atrás. Destrozó mi corazón por completo. Como un niño jugando con un papel, como si le hubiesen entregado unas tijeras y un pequeño hilo y ella lo miró suavemente, lo posó sobre sus delicadas manos y con una leve sonrisa cortaba centímetro por centímetro el ya despedazado cordel. Me observó de frente, como si buscara qué robar -lo encontró-. Tomó mi alma y la volvió tan pequeña, tan insignificante.... que ni yo la pude reconocer. Quería correr, correr hasta que el mundo se acabara. Hasta que mí mundo se acabara. Mis manos estaban aferradas a mi piel de tal manera que provocaba que pequeñas muestras de ella se impregnaran a las uñas. Pero soy desafortunado, y de gran manera. Pues al correr, la encontré en mi camino, como un espejismo, como un bello y doloroso espejismo. Su mirada me recordaba cada momento que pasamos juntos, todas las veces que decía "te amo" se hacían presente con esa mirada. Pero también, cada vez que el silencio dominaba después de tan difícil y verdadera afirmación, se rehicieron.....sólo con esa mirada. ¿Burla? ¿Pesar? ¿Lamentación? No comprendía las palabras implícitas que se encontraban en aquellos ojos marrones. En aquellos profundos, brillantes, melodiosos e inigualables ojos marrones, que cada parpadeo sólo podía ser reemplazado por el amanecer, por la luna llena rodeada de estrellas, que como centinelas custodian, en cada instante, a tan hermosa obra de arte.