mi propio monstruo
Y así sin quererlo ni pedirlo entré en mi propio mundo de normas y rituales en los que yo no podía opinar porque pensaba que estaban bien y eran lo "normal" y sobretodo lo "correcto", vivía en una realidad paralela en la que por desgracia sólo existíamos yo y mi cuerpo. Era mi propia burbuja de la que no podía salir y...