Amo a Dios, no al playboy
Elizabeth ama a Dios y Hugo no ama a nadie. Ella ama conocer personas, leer la Biblia, pasar tiempo con sus amigos, cantar para Dios y escribir poesías. Él ama las motos, las peleas, las drogas, las fiestas, los robos y las chicas. Para él, Elizabeth es una mojigata para molestar y para ella él es un alma que salvar.