Atenea Bianchi No, no me voy a enamorar. ¿Para qué lo haría? Ya me basta con mis hermanos y mis tareas de la secundaria, agregar otro dolor de cabeza no está en mi lista. Salir con mis primos, al bar que siempre íbamos. ¿Qué podía salir mal? Estaba navegando por Instagram, viendo mis solicitudes hasta que un pelinegro me llamó la atención. Luego de stalkear de una forma sana, no lo acepte, ni si quiera lo conocía... Toco timbre, me abre un chico alto, pelo negro, ojos verdes oscuros y sin camisa con el abdomen descubierto. Mierda, era él, era el chico de instagram... Scott... Scott, bendito Scott... Solo era un pibe más en mi vida, al cual iba a ghostear. Pero todo se fue a la mierda por algo.. -El dijo que sos fácil, ya sabes, que te entregas rápido Nunca me había molestado que inventaran cosas de mi. Pero que él lo haya "hecho" me dolió. -Sebas me siento mareada, como... si estuviera borracha. -Mierda -dice entres dientes. -Tengo... tengo ganas de vomitar -digo abriendo la puerta y devolviendo todo lo que había comido ese día. No fue culpa del alcohol, porque no había tomado alcohol esa noche. Después de eso, no me acuerdo absolutamente nada. -Por tu seguridad, tus padres decidieron que te quedes acá mientras ellos están en su viaje -me mira Sebas Dos semanas con Scott... ¿Qué podría salir mal? Por dos... -Enamorarte perdidamente... Mmm.. no, relativamente no. -Perder tu estúpida virginidad... Menos, que menos, así estamos bien. -Claro, claro y sueñas con ese beso en el balcón todos los días. Solo fue un estúpido beso para que el idiota me deje de joder, nada más. Mi consciencia dice estupideces. -Si, si, lo que vos digas. Bueno, pasaron muchas cosas en esa habitación durante esas dos semanas. Cosas las cuales me hubiera arrepentido al principio, pero ahora no...

Dos palabras que arruinaron nuestra amistad. Dos palabras que nos condenaron a nosotros dos, a abrirnos y expresar lo que sentimos. Me sentí ahogado por un momento, pero eso no es parte de nuestro gran cuento. Teníamos sentimientos similares, más ninguno de los dos se atrevía a decirlo, porque ambos pensábamos que no pasaba nada, que solo eramos mejores amigos de la infancia, que compartieron todo. Resulta ser que borrachos nos quedamos y pasaron cosas, cosas que meses después nos enteramos. Y no, no hablo de un embarazo ni nada del estilo. Pero si de algo que en algún momento nos causó miedo y ahora risa. Esta es mi historia, del chico perfecto de gran corazón. O eso dice ella. Una historia casi feliz, porque un cuento de hadas siempre tiene su lado triste. Esta es mi historia, nuestra historia. Donde todo empezó en una cancha de basquet y donde todo terminó, en su Último Pase.

"Afrodita Bianchi la nueva estrella en el ballet nacional e internacional". "Es una chica bastante cerrada y nadie entiende el porque". Afrodita Bianchi... Afrodita... Afro... Una chica con muchos sueños, uno de ellos era llegar a bailar ballet en los grande escenarios de Francia. Una chica que había soñado toda su infancia con un noviazgo de película después de ver como había sido el romance para sus hermanos. Una chica que sufrió mucho para llegar a eso... "Nada de lo que veas es real" y cuanta razón tenía esa frase dándole vueltas en la cabeza a esa pobre chica, como si se tratase de todas las piruetas que ella hacía sobre esas puntas. "Nunca terminas de conocer a una persona, ni siquiera a vos misma", frase que la perturbaba todas las noches, porque lamentablemente fue corrompida por las personas que ella más amaba en este mundo... Afrodita Bianchi, te enseñará que primero vas vos y después viene los demás, que si tu cabeza no está bien nada surgirá. Te enseñará a no seguir a la popularidad y que también, el árbol genealógico se poda...