Santiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, para arrepentirse del grave error que ha cometido, con la única mujer que ha amado en su vida, la pregunta es: ¿Ella lo perdonará algún dia?. Elizabeth, una mujer sencilla, con un corazón tierno y apacible, se ha enamorado de aquel hombre apuesto, al nada más poner sus ojos en él. Por ser como es, tan sencilla, tan introvertida, jamás pensó que él, un hombre con tanta autoridad, con tanto poder y con ese magnetismo que atrae a las mujeres con tanta facilidad, fuera a fijarse en ella, pero lo hizo y eso fue su perdición.

Marcus es un hombre muy atractivo, la envidia de cualquier hombre, maneja con habilidad sus empresas, goza de prestigio, tiene fortuna y las mujeres lo acosan, pero a él solo lo mueve una cosa... Sonia se siente afortunada tiene un esposo maravilloso, atractivo, exitoso y la ama, o eso cree, hasta esa tarde, en que lo encuentra besándose con otra. Mirando hacia atrás, se da cuenta con tristeza, de que, de lo que hubo ya nada queda, solo cenizas y ella no se había dado cuenta. Intenta luchar por él, pero... ¿No estará ya todo perdido ? ¿valdrá la pena? ¿Será que la llama pueda resurgir de las cenizas?

El ha estado enamorado toda su vida de la hija de su jefe, a tal grado de que ninguna mujer ha llegado a cumplir sus expectativas como para formar un hogar, excepto ella, sin embargo, ella ya es la esposa, de otro, él mismo alentó esa relación, porque sabía que para su "princesa" él jamás sería una opción y si era sincero él era feliz viéndola feliz. Ahora él está en cautiverio y su más grande anhelo se reduce a esperar cada día para escuchar esa hermosa voz que le hace más llevadero su martirio y sentir esas delicadas manos posarse con timidez sobre las suyas, con el solo propósito de darle ánimo y decirle que no está solo. ¿Será amor lo que siente por ella? o es la soledad y la desesperación que le hace sentir cosas donde no las hay. Ella es una chica atormentada. Desde los doce años quedó sola a cargo de su padre, un hombre alcohólico, que la mayor parte del tiempo está perdido en su borrachera, y de sus tres hermanos mayores, que intentan abrirse camino dentro de las filas del crimen organizado. Para su desgracia y para quedar bien con uno de los hombres de confianza de un jefe criminal, la entregan a él como su esposa, y para quien la definición de amor se reduce a tener a alguien que le sirva, que lo satisfaga y que se someta a él sin protestar. El único deseo de ella solo es escapar, ya no le interesa encontrar el amor, aquél que tanto soñó, ni formar un hogar, ni tener hijos. Ya no podría. ¿Quién desearía estar con una mujer deshecha, rota, atormentada? Es en lo que él la ha convertido ¿Quién la amaría sin condición? ¿sin escandalizarse de lo que ahora es?

Nicolás Trevizo Moran. Era un hombre de la sierra, no porque quisiera serlo, había nacido allá, y aunque buscaba con todas sus fuerzas desligarse de todo lo que eso conllevaba, sabía que jamás lo lograría, solo por una causa... Era sobrino de Damián y Santiago Moran, hijos de un extinto y reconocido jefe del crimen organizado de aquella región. Jamás lograría deshacerse del apellido Moran y no quería hacerlo. Amaba a sus tíos, la única familia, que le quedaba y luchaba por complacerlos. Su vida se resumía en estudiar, estaba por graduarse de su carrera, trabajar, lo hacía, en las empresas de sus tíos además de estar levantando la suya propia y tratar de no meterse en problemas, pero esto era algo difícil, los problemas venían a él. Como ahora, que manejaba a toda velocidad, no sabía hacía donde, ni a quien llevaba consigo, mucho menos de que era de lo que huían. ¿Sería capaz de detener el auto, bajar a la chica y seguir su camino como si nada hubiese sucedido? La miró, su rostro pálido y desencajado le dijo que no... No sería capaz de hacerlo. Tomó con fuerza el volante, volvió la vista, al frente y siguió su camino. Que viniera lo que tenía que venir. Se dijo y aceleró.

Román Sánchez arrogante atractivo y un importante jefe del crimen organizado, es un soltero empedernido, sin embargo, decide contraer matrimonio pensando que lo hace con la mujer indicada. Javier Hernández, hombre valiente y leal, carismático e irresistible para el sexo opuesto. Es el segundo al mando en el grupo que comanda Román Sánchez. ¿Su defecto? Ama a la mujer equivocada. Amanda Reyes es la hija de un trabajador, jamás imagino ni deseo ser la esposa del mejor partido de la región, sin embargo, está a punto de serlo. Teresa Montero, la hija del ama de llaves de Román Sánchez, una joven hermosa, su madre se ha encargado de alejar a todos sus pretendientes y ella está de acuerdo, porque, aunque todos notan su hermosura, no lo hace quien ella desea que lo haga. Su destino es estar enamorada de un imposible.

Roberth gritó desesperado. _ ¡Sálvala! - extendió el cuerpo inerte de la mujer que amaba. Los brazos del médico la tomaron y él con dolor de su corazón tuvo que entregarla. Se resistía, a hacerlo, como se había resistido toda su vida a hacer lo que no quería. Pero... ¿Tenía opción? No... Nunca la tuvo, no la tuvo cuando sus padres lo abandonaron a los ocho años, en unas calles polvorientas, en una ciudad desconocida, en un país desconocido, en medio de gente desconocida. No la tuvo, cuando vio morir a las únicas personas que le tendieron la mano cuando ya no tenía esperanza, a manos de gente perversa y egoísta, no la tuvo cuando se convirtió en ladrón y asesino para lograr sobrevivir en medio de su mundo de caos y perversión, y no la tenía ahora cuando la vida de ella se le escapaba de las manos. Lidia, una hermosa mujer, que se casó sin amor, obligada por sus padres, y que aprendió a amar a su esposo a pesar de sus errores y sus fallas, mismas que lo llevaron a la muerte, ahora joven y viuda, se le presenta una nueva oportunidad de amar, pero ¿logrará romper las barreras que ella misma se ha impuesto? ¿Logrará convencer a su corazón de que las segundas oportunidades existen, y que no todos los hombres tienen que ser como su primer esposo, que, aunque la amo con sinceridad, tenía el alma negra y corrompida y la lastimó como nadie lo había hecho? ¿Acaso estos dos corazones atormentados tendrán realmente una oportunidad?

Justin estaba sorprendido, ¿ella era la misma chica que lo había dejado impresionado en aquella ocación?, claro se dio cuenta de que desde entonces se le daba bien tomar lo que no era, suyo. La observo una vez más haciendo su trabajo y una sonrisa se dibujó en su rostro. Recordó la primera vez que la vio. Justin había entrado corriendo al interior de la universidad, era el principal exponente en esa conferencia médica y se le había presentado una emergencia a última hora. Cuando dio vuelta en uno de los pasillos, que lo conducían al auditorio dio de lleno contra algo que lo hizo tambalear, cuando recuperó el aliento se dio cuenta de que una preciosa chica intentaba levantarse del suelo, un tanto desorientada. _ Discúlpeme. - se apresuró a tenderle la mano para, ayudarla a incorporarse. _traía mucha prisa... Lo siento... ¿Se lastimó? Ella no contestó, solo se quedó mirándoloi aturdida, con rapidez soltó su mano de la de él y se agacho a recoger sus carpetas que habían caído de sus brazos. Él se inclinó a recoger lo que quedaba, parte de lo que él traía y parte de ella. Le entregó sus hojas, ella solo dijo gracias y salió huyendo. Hubiera querido detenerla, pero no tenía tiempo, frustrado reacomodo los papeles dentro de su carpeta y siguió su camino ya había llegado tarde, que más daban unos segundos más. Nunca se imagino que en ese encuentro no solo perdería ese pedazo de papel que lo había acompañado por largo tiempo, si no que también perdería su corazón. Gloria había suspirando por ese hombre desde la primera vez que lo vio en una revista médica. Después cuando por las prisas chocó con el y se quedo con algo que le pertenecía pensó que nunca jamás lo volvería a ver, sin embargo, el destino los pondría una vez mas frente a frente.

Laura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marcharse a la ciudad con sus tíos, quienes le dieron estudios y mucho amor, dejando atrás a sus dos hermanas, ya que Lidia su hermana mayor prefirió quedarse y formar parte de una de las familias más prósperas e importantes de la región, al casarse con Alfonso, uno de los hijos, sin importarle que el mayor de sus hermanos, Santiago, fuera uno de los más importantes jefes del crimen organizado, y su otra hernana, Karina, se quedó a su lado esperando seguir sus pasos y lograr casarse con Santiago. Ahora, después de tantos años de no verlas, la mayor pide un lugar en donde quedarse, tras de ser desterrados de su hogar y dejados sin recursos por su propio cuñado Santiago Moran. Ella decide ayudarlos, aun en contra de sus deseos, ya que su relación con su cuñado Alfonso no es nada buena. Esto la lleva a reencontrarse con un hombre de cuyos hermosos ojos grises, no ha podido olvidarse. Damian es un hombre próspero, a cargo de múltiples negocios. Exitoso en el trabajo y en su vida personal, ha llegado a un punto en el que se siente solo y fastidiado, cansado de los constantes viajes, los hoteles de lujo, las comidas caras en los mejores restaurantes, la adulación de la gente para obtener algo de él. Anhela el calor de hogar... una familia... pero no la suya, dedicada al crimen organizado, con sus padres muertos y sus hermanos enemistados unos con otros, no, no es eso lo que él quiere... quiere algo más... desea volver a sentir lo que hacia tantos años había experimentado, cuando con dieciocho años se encontró con aquella mirada celeste que lo observaba como si fuera un dios y lo seguía a todos lados, haciendolo sentir importante y aceptado, y eso le había gustado. Deseaba volver a experimentar eso

Aureliano Montero era uno de los principales jefes del crimen organizado, era un hombre atractivo, fuerte, valiente pero con el alma negra. Su vida no había sido facil y no se tentaba el corazón para actuar cuando tenia que hacerlo, gracias a ello aún permanecía con vida, pero su suerte estaba a punto de cambiar. Mariana era una mujer dulce y delicada, pero fuerte y valiente a la vez, provenía de la sierra en donde había trabajado como maestra. Después de que se le presentara una inesperada oportunidad de estudiar medicina, que era lo que verdaderamente le apasionaba, ahora estaba en los últimos meses de su internado. En la sierra había vivido momentos difíciles a causa del crimen organizado, que dominaba esa zona, ahora lejos de ahí solo buscaba la paz y la tranquilidad y no toleraba a nadie que perteneciera a cualquiera de esos grupos delictivos. Sin embargo a sus manos había ido a parar un paciente, que se encontrsba al borde de la muerte, el problema no era que había sido atacado por uno de esos grupos, si no que él pertenecía a un grupo rival y no solo eso él era el jefe de ese grupo ¿y lo peor? ella lo conocía y su experiencia con él no había sido nada buena. Así que ahora se debatía entre ignorarlo y dejarlo a su suerte o darle UNA OPORTUNIDAD.

Miguel es un hombre rudo, de carácter fuerte, con un corazón solirario, el segundo al mando de Lorenzo Maldonado, un importante jefe del crimen organizado, el encargado de hacer que se cumplan las órdenes de éste, su vida gira en torno a la mafia, no por elección propia, si no porque ahí le tocó vivir, ese fue su ambiente, y esa fue su vida, no desea seguir en eso, pero es difícil porque no conoce otro estilo de vida. Él y Lorenzo se ven como hermanos, Lorenzo ha formado su propia familia, sin embargo él, no tiene esperanzas. Aunque a veces anhela una, sabe que eso no es para el, no desea tener a una mujer que viva al borde de la angustia por lo que él hace, ni desea traer al mundo hijos que vivan lo que el vivió, sumergidos en un mundo de maldad y muerte, anhelando el amor de unos padres que son incapaces de dar lo que no se les dio. No, no desea eso para ellos, prefiere seguir con su vida solitaria y vacía, llenando sus huecos, compartiendo el cariño que la familia de su amigo Lorenzo le da. Y aunque desea lo mismo que él, siente que no sabe amar, se da cuenta de que la vida se le escapa, y no puede hacer nada porque su pasado pesa sobre el, ¿Cómo amar a una mujer Si el no ha sido amado? ¿cómo criar a un hijo? Si no sabe lo que es el amor de un padre, ¿como guiarlo por la vida? Si lo único que sabe hacer es causar daño y dolor a los demás, dar órdenes y esperar que se cumplan, imponer su voluntad y ver que esta se lleve a cabo, castigar si la situación lo amerita. Sabe que su corazón necesita ser rescatado, pero no hay nadie que logre hacerlo, sin embargo cuando toda esperanza está perdida, cuando ya no espera nada, su vida da un giro de ciento ochenta grados, ante el encuentro con aquella extraña mujer que huye por el bosque y a la cual promete ayudar, rescatndola de sus perseguidores, sin saber que quien necesita ser rescatado es él.