en la epoca de Joseon un joven alfa que ha vivido maltratos de su padre a la edad de 18 años es conocido como el principe heredero pero nunca muestra su rostro ya que aiempre utiliza una mascara . Un omega sirviente de una familia noble al conocer al principe se enamora perdidamente de el alfa el alfa se enamora de el pero no lo demuestra ¿el alfa sentira los mismo que el omega? ¿que pasara si descubren que siempre pasan juntos ? eso se sabra al transcurso de la historia ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Perdon si no e subido historias ultimamente pero espero que esta historia les llegue a gustar

Midoriya Izuku, además de siempre haber sido un niño débil que solo se podía fiar de su capacidad intelectual, supo que era un omega cuando apenas tenía 14 años, era como si la vida se burlara de el. Su primer celo había sido una completa tortura, ya que tenía que usar unos supresores en específico o si no eso le auguraba un terrible dolor abdominal capaz de dejarlo en cama durante la duración del celo. Fue forzado por su amigo a tener relaciones. Eso le dejó marcado y comenzó a desarrollar poco a poco odio hacia esa persona que en algun momento considero 'mejor amigo' Katsuki Bakugou, el esperaba ser alfa, pero sus resultados en la escuela media le hicieron caer en la negación que no era así. El saber que 'Deku' era un omega le dió un pequeño atisbo de esperanza de que podría ser alfa al sentirse tan atraído por las feromonas del chico, lo forzó a tener relaciones e intento marcarlo... Pero fue cuando se dió cuenta de que en verdad era un beta. Inconscientemente desarrollo una actitud orgullosa y grosera, sobre todo con Izuku, quien le recordaba que por más que lo intentará no cambiaría el hecho de que era un simple beta. Todoroki Shouto, nunca le agradó el hecho de ser alfa. Era constantemente presionado por su padre para buscar a alguien con quien continuar el buen linaje de la familia Todoroki. Pero esas cosas nunca le importaron, inclusive le repugnaba un poco la idea de permanecer al lado de alguien solo porque el destino y el instinto prácticamente te lo ordenaban. Pero el rumbo de esos pesimistas pensamientos cambiaron al conocer a quien sería su persona destinada. La oportunidad de marcarlo se hizo presente pero el suplicante rostro del chico le hizo entrar en razón por lo que decidió esperar hasta el diera su consentimiento.