Michelle
(...)Scott en ese momento se convirtió en mi mayor apoyo, en mi mayor todo, agradecía al mundo tenerlo nuevamente de vuelta. -¿Por que te sigues preocupando por mi? Yo debería odiarte profundamente maldito rubio. -Es simple, en el fondo de tu corazón jamás dejaste de amarme.- El rubio Sonrió y salió de mi habitación...