¿Crees en las almas gemelas y qué todos tenemos a alguien con quién estamos destinados a estar? ¿No? Pues yo tampoco. Solo que hay momentos en los qué los seres humanos decididos a aferrarnos a la esperanza, decidimos creer en cualquier cosa qué nos ayude a encontrar el sentido de las cosas. Yo me volví creyente luego de enamorarme de quién no debía hacerlo. Pero su sarcasmo y ojos caramelos me atraparon, y yo toda una experta en malas decisiones no podía negarme a vivir tremenda historia de romance. Porque no hay malas decisiones, solo buenas anécdotas. Y para mí suerte, Adam y yo seríamos tan unidos como la pasta, porque para cada roto hay un descosido y para enamorarse no sé requiere ser inteligente, solo estupido y confiar qué...entre dos todo es más sencillo. Aunque eso signifiqué que en el transcurso de las cosas, todo esté en tu contra (hasta tu mismo) y ponga tu vida de cabeza. Está... es nuestra historia.