oscuros
Oh cuántos años y cuantas duras penas cuántos lamentos trajeados de sonrisa, cuántos sermones sin asistir a misa, cuántas lecciones vestidas de condenas. Y cuánto tiempo perdido en el encanto de aspiraciones tendidas en la nada, cuánta embestida cayendo en la hondonada de un nuevo grito dormido bajo el llanto.