Zorinsk, la lluvia no limpia las calles y el humo industrial cubre cada secreto. Un código no es más que el inicio: algo dentro de ella despierta, cuestiona y se rebela. Observada, perseguida, empujada al límite, empieza a descubrir la verdad sobre quienes controlan la ciudad... y sobre sí misma. La línea entre obedecer y desafiar se desdibuja. Traicionar a la Organización para la cual trabajaba ciegamente no es solo un acto de coraje: es la única manera de exponer las atrocidades que todos pretenden ignorar.