Alegría que te escribe, escribir derrochando momentos que son instantes en una era de soledad, soledad que prima por encima del individuo, individuo que padece sin queja, queja que se intensifica al llegar a casa, hogar que te espera, como el primer día, día invernal, contigo, espacio que te premia, premio que ganas, ganas de besarte, besos que te buscan, búsqueda que te observa.

La calma se produce en un sinfín de devenires que asombran los espasmos de un corazón inherente, inherencia letal, letal como el polvo en los zapatos, zapatos en décadas, décadas en momentos, momentos en decibelios, decibelios en vida, vida que florece en música, música que florece, música que toca, música que languidece, música que provoca el desenfreno de las luces que vagan en el universo de su piel, piel que envenena, piel que apega, piel que juega, piel que coquetea, piel que gusta.

Emociones que conforman una constelación de sensaciones gélidas en una convulsión de estados, estados que contienen un nudo en la garganta, garganta silenciosa, silencio que impaciente, impaciencia que contextualiza una aflicción profunda en una trayectoria unilateral que trae nuevas esperanzas, nuevos momentos, nuevos instantes, nuevas etapas, nuevos ritmos, nuevos acordes.

Sentimientos que vagan en las nubes con ángeles velando por un buen amor, un amor contemporáneo que evoca momentos, momentos que acontecen en una sonrisa, sonrisa que juguetea en la tormenta del abismo de la soledad, soledad que sopla, que duele, que toca.

Donde la vida toma sentido, donde la esperanza es inevitable, donde la alegría es eterna, donde la armonía se hace paso, donde la risa es una fiesta, donde los milagros predominan, donde el amor no hiere.

Abril, donde acontecen los nuevos comienzos, las nuevas vibras, los nuevos soplos de viento. Abril, donde las flores portan un color especial, un traje radiante, una sonrisa reconfortante, una mirada angelical. Abril, donde la marea está a tu favor. Abril, vuelta a empezar.

En la serenidad de la noche, hallo el homenaje que me hace tu sonrisa, ésa que ilumina los escombros de mi ser, ser que se deslumbra con tus labios, labios que se deshacen en mi boca, boca que baila al son de tu música, música que hacer saltar a mi alma, alma que rebosa amor a causa de ti.

Ellos están muriendo. Ellos siempre se amarán. Ellos siempre serán divinos.