Podemos creer que el odio es una maleza en las raíces del corazón y en el florecimiento de la mente, pero me gusta pensar que el odio es solo el resultado de aquellas situaciones no resueltas, aquellas injusticias y dolor indiscriminado que es universal en todos aquellos seres que tienen la capacidad conciente suficiente para ofrecer un poco de ellos, un poco de amor. Es la semilla de una mala cosecha de entendimientos y falta de bondad Pero este libro no habla del origen del odio, ni mucho menos de como los humanos procesan aquello que magulla tanto el alma, este libro es la faceta más desnuda de mi cuerpo y lo más honesto que mis ojos pudieron haber visto, situaciones comunes con respuestas complicadas y problemas complicados con respuestas sencillas.

Habían pasado 8 años desde la última vez que Christopher y Alessandra Hannaghan se vieran al rostro. Ambos hermanos fueron separados por sus estudios y se escribían cartas para permanecer en contacto. Él, un escudero mandado a entrenar en una academia militar de alto prestigio, y ella, una joven estudiante de magia de forma particular con su criada. Ninguno de los dos esperaba volverse a encontrar en la capital del reino, donde volverían a vivir juntos. Pero el cariño y el amor que se tienen, poco a poco crece y se confunde en sentimientos y pasiones como hombre y mujer. Contada desde la perspectiva de Alessandra, se verá como poco a poco sufre en entender su relación con su hermano, los sentimientos que ahora floencían en ella y el deseo que nacía en esa etapa de su vida: la Adolescencia. Parte de la Saga de Fantasía Medieval: Los Niños Dragón.