Había escuchado que la sangre llama, pero, ¿Qué hay del corazón? Ella era una mujer que invocaba casi a gritos, que imponía a pesar de su carácter maternal y dócil con sus subordinados, con la mayoría de personas que la rodeaban en realidad. Su piel blanca, su cabello rojo, largo y abundante cayendo en coleta o trenza por su espalda, susurraba que lo tocasen, que lo conociesen. Toda ella lo hacía. Incitaba a caer viciada en su profundidad, aunque de forma serena. Y yo, que ahora me daba cuenta que me distinguía tan poco, que había explorado tan poco de mí por estar tratando de huir de un pasado manchado, del que me recriminaba cada que podía; me dejé caer irremediablemente en su red. Por más que intentase lo contrario sucumbí a ese magnetismo que tejía sin darse por enterada a mí alrededor. Me fue imposible buscar una salida, un lugar para esconderme cuando sus hermosos ojos que le hacían honor a su nombre -sobre todo en días de verano- me enviaban a volar alto, me dejaban ver, desde la tierra el más hermoso cielo. Quizá su magia era que no poseía uno, más bien, poseía mil: divinos, fugaces, coléricos, vivaces. Yo llegué a querer conocerlos todos y por qué no, perderme en cada uno de ellos.

Jaqueline Espinoza es una joven estudiante, independiente, familiarizada en mayor medida con la benevolencia de la vida, con el fluir Pacífico de la realidad. Existencia que se le complica al verse inclinada hacia su atractivo profesor quien comienza a infiltrarse en sus pensamientos además de, en varios ámbitos de su cotidianidad. A pesar de su corta edad, Jaque, tiene algo claro: no debe dejarse dominar por ese encandilamiento juvenil hacia su figura de autoridad, ya que, un paso en falso en torno a aquella aspiración podría trastocar su vida entera, su ser, sin hablar de su relación de más de un año la cual se encuentra en fase delicada. Ella pretende forzar su razón al igual que su corazón para evitar sucumbir a la innegable atracción que la amenaza sigilosamente cada día que pasa junto a él, pero, poco a poco irá entendiendo que claridad no es sinónimo de adecuado, el vigor de sentimientos férreos no es sencillo de ignorar y no se puede huir de lo que el corazón llama a gritos. Obra registrada en safe creative. Prohibido su uso o copia sin autorización.

Ya nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.

WATTYS WINNER When her fiancé ends up in a coma and his secret mistress, Halley, shows up, Mary feels like her world is falling apart. What she doesn't realize is she's actually falling in love...with Halley. ***** Eight years after a traumatizing accident that killed one of her loved ones, Mary Kincaid is about to marry her childhood sweetheart when the universe yanks the rug out from under her yet again, leaving her fiancé badly injured and in a coma. Of course this is when his secret mistress shows up, a beautiful person whom Mary should by all rights hate - so why does she find herself inviting her to stay in the spare bedroom? She soon learns that sometimes the person you're looking for comes when you're not looking at all. Content and/or trigger warning: This story mentions violence, addiction, and childhood trauma, which may be triggering for some readers. [[word count: 150,000-200,000 words]]

Dos entes, dos cuerpos que se encuentran y se dejan. Dos almas que se buscan sin saberlo, que se atraen, que se cruzan. Dos eternidades que quieren hacerse una, pero la vida y sus inclemencias podrían no estar de acuerdo en su enlace. Briana espera, espera sin ser muy consciente de ello un amor que la consuma por completo, como lo hizo su pasión por el arte, y cuando lo encuentra queda anclada a ese dulce a la vez que tortuoso recuerdo. Elena vibra en un halo de entrega y pasión, una que puede consumir a quien se cruce con esta, una que a su vez la hace precipitarse a una vida que se ensalsa en poner a los demás antes que a ella, que a su felicidad. Estas son dos almas, dos cuerpos etéreos que están destinado a ser, a estar, aquello puede jurarlo hasta Dios, sin embargo el camino es algo oscuro, dominado por sombras y es posible que se pierdan en sus lúgubres atajos.