Soy un chico de 18 años y a esa edad he visto más de lo que cualquier persona adulta puede ver, desde asaltos hasta asesinatos. La calle me enseñó que en ella jodes o te joden, nunca quise ser uno del montón desde niño sólo quería algo y era ser bueno, las cosas no son como uno las quiere. La vida te obliga a tomar decisiones equivocadas, dañar a las personas sin quererlo, tan difícil es querer ser diferente. No todo está perdido eso lo aprendí de ¡ella, mi bello ángel! Quien me enseñará a elevar las alas para surcar el cielo. Esta historia es paralela a Alas Rotas.