Leonela_Hidalgo
Todos los días a la misma hora y en la misma estación la veía subirse. Se sentaba en el primer asiento de la derecha, detrás de las puertas del tren y al lado de la ventana.
No podría decir que su vida fuese muy organizada, siempre apurada por subir y bajar, con sus zapatos rojos aunque vistiese de verde y su maleta reposando sobre las piernas...