Después de ti
-¡Pero tú que te has creído! -le vierto el contenido de mi zumo por la cabeza, ¡Vaya!, creo que me he pasado, pero sé que ha válido la pena sólo por ver la cara que se le ha quedado, pero mi sonrisa se congela cuando me arrincona contra la pared colocando ambas manos a los lados de mi cabeza, siento miedo, y aún así...