La princesa Wei Yang
La vida es impredecible. Su esposo amaba a su hermanastra, la depuso como emperatriz e incluso obligó a matar a su hijo. En ese Palacio Frío, se vio obligada a beber vino venenoso. Entonces, en la próxima vida, hizo la promesa de nunca hacer buenas obras y ayudar a otros, ¡nunca pisar el palacio y nunca convertirse en...