Evidentemente_38
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Dulce aroma de las flores, calor de los rayos del sol, solo el sonido de los pájaros. Eso era lo que rodeaba la cabaña apartada de las aldeas. Entre unos arbustos una joven gigante de lo que serian 17 años para su raza, observaba una pequeña oruga caminando en una de las hojas. Como si fuera la cosa mas interesante del mundo.
- Frida!- La voz de su tía Helda resonó a lo lejos.
La nombrada levanto los ojos hacia la cabaña, la mujer la buscaba alrededor de su hogar. Frida miro a la oruga y la acaricio un poco, como despedida. Antes de levantarse y salir entre las hojas con cuidado. Con sus pies descalzos que la permitían disfrutar del musgo de la madera.
- Helda!- Una voz desconocida resonó con profundidad, retumbando con fuerza.
Frida se detuvo para mirar hacia el camino, un hombre alto llegaba a paso tranquilo, y Helda parecía conocerlo. Frida por su parte camino con cuidado y a escondidas. Nadie las visitaba, ni siquiera a Helda. La joven se preguntaba quien seria ese extraño visitante.
- Harald!- Helda lo llamo emocionada. A paso firme fue hacia el para abrazar al coloso entre gigantes - Que alegría! Después de tantos años! El viaje fue largo?-
Frida escondida tras la vaya de madera miraba la escena con curiosidad y cautela. Aquel hombre era el mismo rey de aquellas tierras. La joven observo su gran barba negra, sus cuernos enormes. Su imponente postura. Era la primera vez que veía a el rey. A el amigo de armas de su padre.
- No mas de lo necesario, vieja amiga- Harald sonreía con calma - No vine solo-
- No me digas- Helda soltó una carcajada mientras Harald se apartaba - Vaya......has crecido, Loki-
Nuestra joven espía reconoció el nombre que su tía pronuncio. Escucho sobre el temido príncipe de los gigantes. Pero cuando Harald se aparto Frida no pudo evitar sorprenderse.