Raine ya no recuerda cuándo fue la última vez que se sintió viva. Desde que tiene uso de razón siente como su vida es una montaña rusa sin subida, una caída constante. Y ahora que tiene diecisiete años la pregunta ¿por qué sigo así? empieza a ser más constante. Porque las paredes de su casa han aprendido a guardar secretos. Porque las risas de sus compañeros son puñales que dejan heridas que ve en el espejo del baño, el mismo espejo que siempre le devuelve una imagen rota, más desconocida cada día. Nadie la ve. Nadie la escucha. Llorando en silencio, siendo invisible incluso para ella misma. Está sola. Y empieza a desear que esto se acabe. Este deseo se va convirtiendo en una obsesión que la empuja a lo más profundo de su mente. Hasta que algo... o alguien, interrumpe su descenso.

Pati y Bruno se conocen en terapia, justo cuando sus vidas parecen hechas de fragmentos rotos. Ella lucha contra un trastorno alimentario que le roba la calma; él contra la ansiedad y un silencio que amenaza con consumirlo. Lo que empieza siendo un cruce de miradas y palabras tímidas pronto se convierte en un refugio compartido, en un espacio donde, por primera vez, alguien los entiende de verdad. Entre paseos, cartas y promesas, descubren que incluso en la oscuridad hay destellos de ternura, y que a veces basta una mano extendida para volver a respirar. Una historia sobre heridas invisibles, sobre el amor en su forma más frágil y real, y sobre la búsqueda de un lugar donde, pese a todo, seguir de pie.

Hay encuentros que parecen sueños y sueños que nunca deberían haberse convertido en verdad. Ella no lo buscaba. Él no prometía nada. Y, sin embargo, un hilo invisible los unió en un mundo que no era de ninguno. Un lugar donde el tiempo no corre, los secretos tienen voz y las sombras susurran verdades que nadie quiere oír. Él le ofreció su mano. Ella aceptó, temblando. Esta es la historia de una chica arrastrada por los hilos del destino a un lugar donde todo parece un sueño... o una trampa disfrazada de maravilla.

Sipnosis: Lía Martínez siempre ha sido la chica que sigue las reglas. En su último año de instituto, su única meta es mantener sus excelentes calificaciones, entrar a la universidad de sus sueños y mantenerse lejos de cualquier tipo de drama. Pero todo eso cambia cuando su familia decide alquilar la casa de huéspedes de su propiedad a la familia Alcázar: Adrián, el mayor, serio y con un pasado que nadie menciona, y Lucas, el chico problemático que siempre parece estar metido en líos, la madre nunca la conocieron y el padre siempre está de viaje de negocios. Desde el primer momento, Lucas deja claro que Lía no está preparada para a alguien como él: es carismático, explosivo, y parece encontrar placer en empujarla al límite. Pero lo que comienza como una guerra de personalidades se convierte en algo más cuando ambos empiezan a descubrir que, bajo la superficie de sus máscaras, esconden heridas que solo el otro puede entender. El problema es que Lucas no solo está huyendo de un pasado lleno de secretos, sino que también parece atraer el caos allá donde va. Y cuando el mundo de Lía comienza a desmoronarse, tendrá que decidir si Lucas es su salvación o su perdición. *Esta historia va a contener romance y algunas escenas explícitas, también quería agregar que está historia es ficticia y que los Lucas puede llegar a ser idiota y tener comportamientos malos mientras conoce a Lía.*

-Ah..! Por fin despertaste.!!

¡Saludos, exploradores de la palabra y aventureros de la mente! La Editorial Ártico les invita a participar en el primer concurso literario de nuestra editorial, los desafiamos a adentrarse en el gélido abismo de la imaginación, a trazar senderos de palabras sobre la blanca hoja de papel, en busca de tesoros literarios. ¡Adelante, valientes escritores, que la magia del Ártico guíe sus historias hacia horizontes inexplorados! Donde los premios que ofreceremos serán de gran ayuda para mejorar sus historias y mostrarles que incluso en el solitario Ártico se encuentran grandes oportunidades. ¡Empecemos! Créditos por la portada: @HellFireSoul

Greeicy Heaven ha acumulado los problemas del pasado hasta el punto de afectar sus relaciones sociales, y con ello, sus relaciones amorosas. Fue así hasta que conoce al nuevo amigo de su hermano mellizo, quien poco a poco comienza a entrar en la vida de Greeicy y su nudo de problemas comienza a deshacerse, logrando abrirse a más personas. Greeicy logra entender lo que quiere y lo que debe evitar en su vida, sin embargo, aquello se ve afectado cuando su familia se interponga.

El pasado Unos aprender de el, otros solo lo recuerdan como sucesos que no puede cambiar y otros... Un grupo particular de personas, ven el pasado como un tormento, para ellos un recuerdo se traduce en dolor, perdida, vacío, por lo que lo evitan, lo borran, lo erradican. Lastima que esto no sea tan sencillo, pues guste o no, el pasado de cierta forma nos define, nos lleva al ahora, nos vuelve quienes somos actualmente, así que quien erradica su pasado corre el peligro de perderse, de perder su identidad y peor aun, corre el riesgo de vivir una mentira, una farsa, corre el riesgo de acorralarse y que dolorosamente la salida solo este allí, en eso a lo que huye, en ese recuerdo que quema, en ese propósito susurrado de forma indirecta. Porque puede intentar huir, se puede intentar olvidar, ignorar, pero nunca, nunca se logra salir de el, por qué allí esta todo, allí está la respuesta, allí está eso que todos necesitan, allí está el código dorado.