Rompe este vaso y hazlo de nuevo
El destino tiene una forma peculiar de sacudirnos cuando menos lo esperamos, es como una tormenta que llega sin avisar en un día soleado. Las certezas que creíamos inamovibles se desvanecen como la niebla ante el sol, dejándonos en un terreno desconocido donde cada paso es una aventura hacia lo incierto.