Nuestro protagonista se despierta en un lugar oscuro donde a lo lejos puede ver una puerta de una madera blanca que contrasta al espacio oscuro donde está situado. No tarda en darse cuenta que sufre de amnesia y que tiene una carta en la mano. Esas puertas le conducen hacia su pasado para saber quien es él.

¿Qué harías si justo en tu habitación alguien fue asesinado? ¿Seguirías durmiendo tan tranquilamente? Billie tiene más que claro que su vida es normal y corriente, dentro de lo posible, pero no contaba con el simple detalle de que, un día como tantos otros, su mejor amigo le contaría una historia que lo cambiaría todo. O, bueno, al menos en parte. Justo en su casa, hace veinticinco años, un niño fue asesinado de la manera más cruel por un hombre del que ya nadie sabe nada. Lo peor es que los hechos ocurrieron en la habitación de Billie y que ella, desde que vive ahí, en el sótano de su gran casa, jamás ha notado nada raro. Al menos hasta ahora. Las cosas, tal y como las conoce, dejarán de ser lo que eran. El miedo palpitante, un fuerte olor a cigarro y un espectro, además de los problemas que conlleva formar parte de una familia como la suya, llevarán a Billie a replantearse si está del todo segura de que su vida es tan normal y corriente como creía. O incluso si, después de esto, seguirá existiendo tal vida.

Existe un lugar en el mundo por fuera de los meridianos y paralelos que nadie puede marcar sobre un mapa. Un lugar invisible que se ve por todos lados, cada vez con mayor frecuencia. Es la ciudad de las peores criaturas que ningún humano es capaz de imaginar. Es la ciudad de los demonios, de las sombras, de quienes tienen que huir para resguardarse del odio y del temor. Ellos son los guardianes de las rosas de los muertos. Son los únicos capaces de contar las historias que muchas mentes humanas se esfuerzan en olvidar. ¿Crees poder oírlas?