ya sé quién quiero que me lleve a casa
"Es cómodo", dice el Hombre Borracho, en el pliegue de su cuello, y no hace nada más. Wei Ying se relaja lentamente, se permite acariciar a Hombre Ebrio entre los omóplatos y suspira. "Bueno", dice. "Me alegro que pienses eso". El Hombre Borracho no responde. Wei Ying se pregunta si se habrá vuelto a dormir, y luego s...