En una noche de invierno la lluvia llamaba a mi ventana, aunque yo había acogido a otro tipo de huésped: una idea. Empecé a escribir pequeños relatos ambientados en Mundodsico, con el deseo infantil de que por alguna posibilidad de uno contra un millón, el mísmisimo Terry Pratchett los leyese. Soy incapaz de explicar la fascinación que me produce esa imagen de la grandiosa tortuga cósmica y todo su equipaje humano flotando en el espacio. Quizás me había tomado demasiado en serio esa frase de El Mundodisco en tus manos. Sea como fuere, esos relatos llegaron a este pequeño mundo a través de mi cabeza y cayeron en el olvido. Sin embargo, hace poco he decidio rescatarlos del polvoriento cuarto dimensional donde los había escondido. Espero que os gusten, y al mismo tiempo os recomiendo leer las novelas auténticas (aunque no todas juntas, no vayais a explotar) de esta archifantástica invención. NOTA: La publicación de estos relatos y el fallecimiento del creador del universo en el que se inspira son sucesos sin ningún tipo de conexión. Así mismo, aclarar que los relatos son enteramente ficticios, cualquiera coincidencia con la realidad es puera coincidencia. A menos que el universo sea infinito, entonces todo esto es una copia exacta de algo que está pasando ahora mismo, en algun punto. Incluso puede que tú mismo seas uno de ellos.