Tras los nefastos acontecimientos que han tenido lugar con el Darach y la manada de Alphas, los hermanos Hale deciden dejar Beacon Hills y volver a Nueva York; la misma ciudad donde Derek y Laura se refugiaron tras la muerte de toda su familia a manos de Kate Argent... Pero Stiles Stilinski no está del todo de acuerdo con ese plan...

Parece que los problemas de Stiles a la hora de diferenciar realidad con pesadillas ya han terminado. Ya no tiene extraños sueños donde se despierta en mitad del bosque, o incluso es incapaz de leer estando despierto. Pero entonces ocurre algo que le hace darse cuenta de que el problema aún no está resuelto. Solo que, en esta ocasión, no hay realmente un problema que resolver, porque no son pesadillas precisamente lo que tiene.

La manada de Beacon Hills acaba de vencer a Peter tras rescatar a Scott in extremis de las garras de Kate y los Berserkers. Y la repentina y breve muerte de Derek Hale antes de evolucionar se convierte en el último impulso que Stiles necesitaba para confesarle lo que llevaba años sintiendo por él. Todo parece estar aclarado entre los dos, con lo que solo queda disfrutar de un apacible regreso a la normalidad en Beacon Hills... Salvo que las cosas no están tan claras entre los dos y enseguida aparece un nuevo enemigo al que nunca pensaron que tendrían que hacer frente: los celos.

Derek y Stiles llevan juntos más de un año. Después de haber hecho frente a todo tipo de criaturas y asesinos, y haber salido indemnes; por fin han tenido tiempo para poner las cosas claras entre ellos. Para reconocer que, pese a ser totalemente distintos, están hechos el uno para el otro. Que siempre ha sido así, y que lo será por el resto de sus vidas. Pero entonces ocurre algo con lo que ninguno de los dos había contado. Algo que hará que todo cambie entre ellos, y que incluso ese futuro que habían planeado juntos, deje de existir.

La relación de Stiles y Derek es más estable que nunca después de todo el tiempo que han necesitado para poner en claro sus respectivos sentimientos... Pero aún falta algo que les permita, especialmente a Derek, terminar de dejar atrás el pasado y poder afrontar un futuro en común.

Momento navideño en el loft de Derek porque, porque echaba de menos al antiguo pack Hale, y porque no podía resistirme a estos dos celebrando la Navidad.

Stiles está cansado de esperar y solo poder imaginarse cómo sería tener una cita con Derek Hale, el tipo con el que lleva soñando desde el mismo instante en que le conoció. Así que se arriesga y... las cosas no salen como habría esperado a lo que se añade, como no podía ser de otra manera estando en Beacon Hills, un "pequeño" problema ajeno a sus sentimientos.

Stiles esconde un gran secreto. Uno que hace que su vida en Beacon Hill, rodeado de seres mitológicos y humanos psicópatas, pero con cero de relaciones personales; sea bastante más complicada de lo que ya es. Porque nadie, bajo ningún concepto, puede saber que está loco por Derek Hale, el gran Alfa de la manada. Y puede que sea ridículo que se haya fijado en alguien que está muy, muy, pero que muy lejos de su liga. Pero, en el fondo, Stiles piensa que todo es culpa de Derek. Porque, en serio... No es culpa suya que su mente hormonada, adolescente y facilmente impresionable, se haya fijado en el hombre más atractivo, perfecto, sexy, moderadamente intimidante y parcialmente peligroso, que ha puesto los pies en la tierra.

La vida de Stiles Stilinski es prácticamente perfecta: sus amigos forman parte de una manada de hombres lobo a los que ayuda día y noche porque él es el que tiene "la chispa", y además está saliendo con Derek Hale, el Alfa de la manada y el tío más bueno que ha puesto los pies en Beacon Hill. Pero Stiles tiene un pequeño problema del que hasta ahora no se había dado cuenta: también es Clark Kent.

A veces los Jeep mal estacionados en el momento correcto desenvuelven historias que valen la pena.