Si la vida se rie de ti, ¡ríete tu más fuerte! No copia ni adaptación por favor.

A nuestra única misión en la Tierra: darle un impacto y significado especial a nuestro nombre.

La vida es una discusión entre momentos felices y sombríos. Actualmente, la felicidad de mi vida ya cedió ante la oscuridad.

He aquí la más pura ironía, de como siendo un árbol e incapaz de caminar no paro de tropezarme, y sin embargo, jamás cambiaría eso de mi. Después de todo es parte de la vida.

Este no es un libro de romance Tampoco de acción No hay mucho misterio Tal vez algo de ficción No hay dragones, hechiceros, O princesa que salvar La única vía es... No, nunca la hay

MATO HUMANOS, EFECTIVO ¡DESPÍDASE DE LAS PLAGAS! Sí, todavía yacía ahí el estúpido cartel que su rebelde amigo había colgado. Estaba repleto de moho marino y percebes, pero se alcanzaba a ver claramente la caligrafía tan pésima de Biggy, de quien amaba tanto burlarse bajo la absurdidad y bobería de su nombre. Pero en fin, Bi, diminutivo que él mismo se había puesto, estaba más que resentido con la humanidad, esa que despellejaba y devoraba a los inocentes animales que no poseían contra parte humana como las sirenas que eran ellos. El ser humano siempre había mostrado ser propensa a temer a todo lo que le pareciese extraño, y destruirlo. Si no conocían algo a ciencia cierta debía morir, esa es su lógica, su manera tan estúpida de pensar. Bi estuvo a punto de convertirse en una víctima más de los humanos cuando, al visitar a unos familiares allá por el Pacífico, tuvo la mala fortuna de encontrarse con un barco ballenero cargando a niños y adultos en su contra parte animal, muertos, llevándoselos del océano de su sangre y lágrimas. No sabía a ciencia cierta lo que hizo después de ver aquella escena tan chocante, pero sí que ello tuvo consecuencias en una fea cicatriz que ahora dibujaba su aleta y su falta de fe hacia la humanidad. Para él todos los humanos eran igual de crueles y egoístas que los pescadores de aquella vez, y por tanto su misma existencia se trataba de un error enorme. El proyecto comenzaba muy humildemente: se compró una residencia propia para convertirla en su lugar de trabajo del lado más rico de la ciudad, Sea City, y ahí colocó su primer letrero, ese letrero, el letrero que definiría el rumbo de su vida a partir de entonces.

Raquel es una mujer joven como cualquiera otra, esperando poder acabar su carrera universitaria para ser una gran doctora algún día. Pero cuando nadie la ve Relámpago libera a los animales desamparados de las garras de una cruel empresa que, por algún motivo, intenta convertirlos en mutantes...

Juan, siempre con la cabeza metida en un libro, creyó convertirse en el protagonista de una de esas historias de fantasía que lee a menudo pero ciertamente está equivocado. Su nueva vida es incierta y aterradora, tal como el anfitrión de esa casona cerca de la costa a la que todos en el barrio evitan acercarse. ¿Juan podrá terminar su estancia en este lugar ileso y resolver el enigma macabro detrás de este hombre sin escrúpulos?