Alessia tiene su mundo patas arriba. Su entorno vulnerable la ha hecho vivir situaciones que no le desearía ni a su peor enemigo. Su único refugio son sus dos mejores amigos, Sagan e Ian. Este último despierta sentimientos en ella, los cuales espera mantener siempre en secreto y así no correr el riesgo de perder lo único importante en su vida. Pero como es de esperarse, no todo puede ser lindo para Ale. Los problemas comienzan cuando los chicos intentando ayudar a su amiga para que se olvide de todo dolor, la quieren encaminar a un mundo peligroso, adictivo y oscuro: la droga. Lo que no saben es que Ale ya tiene su propia droga, y es el misterioso Wolfgang, el chico del parque. Cada tarde se sienta en la misma banca a observarlo. Pero todo cambia cuando un secuestro los une. Esta situación termina por conducir completamente a la oscuridad a Ale. Ya no ve luz, ya no ve amor, solo dolor... ¿Será Wolfgang el pequeño destello de esperanza? Quizás no, porque en la oscuridad, ni siquiera el amor es luz.