Gabriel cree que puede vivir una vida «normal», después de todo, eso fue lo que le enseñaron a ser en la clínica. Pero él no es normal y las cosas no están bien. Especialmente cuando llama Damián.
Los ojos de Michael Lars están repletos de ponzoña y peligro, si se atreve a mirarlos lo atraparán y llevarán al camino del que es imposible volver. Fiore Smith prefiere no correr el riesgo.