-<< El hombre es el lobo del hombre. >>- Dijo él mirando a un punto fijo detrás mío- Los humanos somos malos, siempre lo hemos sido, nos encontramos constantemente rodeados de personas cuyo verdadero instinto no conocemos, y quizá nunca lo hagamos, pero, ¿Entonces qué es lo que hace malo al ser humano? No hay ley, ni hay límites que nos lo impidan, de modo que, si para obtener lo que deseamos debemos matar, lo haremos. El ser humano está dirigido por dos instintos básicos, eros y tánatos: amor y muerte u odio. Lo que hacemos está determinado o motivado por cualquiera de los dos instintos, ¿Cuál tiene más poder en determinado momento? ¿Qué impulso prima? ¿Por qué el ser humano es agresivo y egoísta? No se puede decir, por un lado, somos animales con instintos, pero a diferencia de ellos, nuestros instintos no son suficientes, no podemos saciar una sed de la cual no conocemos un límite. - Soltó sonriendo lascivo, mientras agitaba su vaso de whisky para dejarlo sobre su escritorio, cruzando una pierna para mirarme directo a los ojos y decir: -Tu error siempre será creer que las personas cambian, gatita, no se puede conmutar la naturaleza de las personas.- Y comenzó a reír, jugando con un abrecartas mientas me miraba, casi jurando piedad y misericordia mientras la penumbra de la noche se hacía presente. -¡Oh gatita! Que inocente eres- Y volvió a sonreír.- Hoy será una noche interesante.- Sentenció.