Luna |Pailita.
Ninguno supo nada del otro después de esa noche en la discoteca. Ella solo sabía que se llamaba Carlos, que se le achinaban los ojitos cuando sonreía, que era de Punta Arenas y que le había dado los mejores besos de su vida. Él sabía que se llamaba Anaís, que era la mujer más bonita que había visto y que en la clavícu...