Martin Russo. Para Seth no existía una persona en la tierra más insoportable que el. Su sonrisa ladeada. Sus provocaciones hechas con el único objetivo de enloquecerlo. Tener que enfrentarse a el en los partidos solía ser una tortura, entonces el destino los obligó a compartir equipo, jugar para el mismo club deportivo y el verdadero calvario comenzó. Dentro del campo eran compañeros, fuera de el no eran más que rivales. Ese beso no debío suceder. Lo que vino después tampoco, el resentimiento de Martin no parece tener causa y el de Seth no hace más que crecer pero entre más tiempo se ven forzados a estar juntos los límites del odio y el anhelo se desdibujan. Si acercas gasolina al fuego, solo queda rezar porque no destruya todo a su paso.