Delicioso
- No puedo... - suplicó el peli-verde. - Ella no te amo... - las garras se ponía en la presa. - Pero... - el pecoso trato de encontrar una excusa. - No importa,ella no te amo... Solo disfruta de esto - dijo miéntras mordía le cuello del peli-verde. - Yo... - balbuceó el joven.