El Nuevo
-Es interesante -dice sin mirarme. Su arrogancia me puede, me pone de los nervios, en realidad no, en realidad me pone y punto. Maldito cabrón... -¿El qué? -pregunto, dejándome entrar en su juego. -Tú. Y ahora sí, sus ojos, oscuros como la noche me miran de forma penetrante.