Prologó de Tormenta de Cerezos: El primer amor de una mujer, ese amor de niña, siempre dejará una huella imborrable. Una marca que se guarda como el más puro recuerdo. Bien lo sabe Sakura, porque antes de florecer debió ser un capullo que creció con ese dolor amargo. Hay mujeres que dejan huellas, que dejan algo incrustado en el interior. Sasori jamás imagino que así fuera, hay cosas que solo se pueden vivir una vez. Sasosaku