Poemas y cartas para la persona que más he amado. Curiosamente, sin saber nunca, la forma correcta de hacerlo. Pues en ninguno de mis intentos, él ha decidido quedarse.

Porque el corazón solo puede escribir sobre aquello que lo hace latir. Y él hace que sienta que mi cuerpo está vivo. Escribo sobre él porque mi corazón no se sabe la canción de otro nombre. Escribo para vivir, y vivo por él. Escribo a pulso, amándolo, sintiéndolo mío y parte de mí. Escribo sobre él. Sobre él y nadie más.

Palabras llenas de dulzura, de dolor, de esperanza, de desilusión, de recuerdos, y de olvidos, de gritos en silencios, y de silencios estruendosos. Palabras con una fusión antagónica. Pero de una u otra forma, siempre hablando de ti.

Un diario de adiós, porque las despedidas no me gustan, entonces esta es una extensa. Luego de una intensa lluvia, nace en el cielo un arcoíris. Luego de haberte amado a tormentas, era necesaria la calma de un adiós. Esta vez, uno que yo pudiera decir. Por última vez, pero es cierto, estás nuevamente tú.

Me enamoré de un corazón que supo guardar mi nombre con tanta calidez que logró abrigar toda la historia de mi vida, incluso esos capítulos en los que él no estuvo presente. Transformó su apellido en el título de mis noches, y supo enseñarme, con cada encuentro matizado de dulzura y pasión, que entre su piel y la mía no existe el tiempo. Descubrió mi portada y se adentró en mis páginas hasta aprenderme por completo. Memorizó mis puntos y comas, y fue el primero en cometer la hazaña de leerme de principio a fin sin poner un dedo sobre mi composición. Hizo de mi voz una canción que por primera vez me hizo sentir escuchada. Memorizó mis latidos, mis respiraciones, y mis colores. Y si el destino no tenía previsto un espacio en la línea temporal para darle pie a nuestra historia, él se encargó de crear un universo alterno únicamente para nosotros. Uno en donde existiera un "felices para siempre". Aunque ese "para siempre" fuese solo un día.

La única forma en la que los seres humanos podemos ser inmortales, es a través de la memoria de quienes hemos impactado de alguna forma. Por eso, quienes nos aman, no permiten que nos vayamos del todo. Pasamos de vivir con ellos, a existir en ellos. Esa es la razón por la que escribo. Esa es la razón por la que mi pluma no se detiene. Porque, cuando ya no tenga más letras para dar, quiero vivir en el corazón de quienes me leyeron, de quienes conmoví, aunque fuera solo un poco. Y si semejante ambición no fuese satisfecha, con una persona me basta. Todos tienes el derecho de olvidarme, pero en vano he escrito tanto sobre él, si es él quien me borra de sus recuerdos. Quiero que, en este baúl, encuentre esas cosas que me hicieron amarlo, esas otras que me lastimaron, y unas cuantas por las que, hasta el último momento, sostuve que valía la pena todo lo que sentía.

Olvidarte me llevará más de una vida, No porque seas memorable, sino por el tamaño de mis heridas. Olvidarte dejará secuelas, no porque seas inamovible, sino porque soy yo demasiado sensible. Amarte me devolvió la vida, pero tú supiste inventar una nueva forma de quitármela. Amarte me guió hacia la luz, y tu ausencia me dejó en tinieblas. Recordarte me lleva a la nostalgia de esos primeros intentos por demostrarte mi amor, a mis besos torpes y primerizos, a la ingenuidad de mi devoción intensa en nombre de tu cariño. Recordarte me dejó letras que no sabía cómo acomodar, hasta que las escribí en cuadernos huérfanos y sin nombre; ellos son ahora verdugos que me acechan, pues son diarios que quisiera olvidar.

Poesía secreta escrita a mitad de la noche.

Hay cartas que uno escribe hasta en sueños, delirando con ese rostro que persigue nuestros más profundos deseos. Cartas que escribí desde la tinta de mi corazón hasta el pulso de mis muñecas. Porque no era mentira cuando le dije que era mi verdadero amor, y mucho más que eso, la mayor razón por la que pude seguir con vida.

"En la graduación de «Dejarte ir», mi trabajo de titulación es una tesis de por qué debes quedarte conmigo." Este no es un método curativo bajo ninguna circunstancia. No es un analgésico, ni antiinflamatorio. Si buscas anestesia para el dolor, lamento informarte que esto funciona como alcohol puro en una herida fresca. Como la sal en una llaga. Como una hoja seca sobre una quemadura de tercer grado. Huyes de mi vida con la misma agilidad con la que logras atarme a la tuya. Ingenuamente creí que esta vez te quedarías para siempre. Olvidé que tus "para siempre" son muy cortos.