Bazooka-san
El verano llegó como un suspiro cálido para los Pilares del Cuerpo de Cazadores, trayendo con él una promesa rara: descanso. Por primera vez en años, la batalla cesó y les permitió respirar, convivir... y quizás, sanar.
En una playa escondida, lejos de demonios y deberes, se reunieron no como soldados, sino como personas. Rieron, discutieron y compartieron como nunca antes. Pero entre la brisa salada y el rumor del mar, una voz inesperada rompió la calma. Una canción, llena de nostalgia y sentimiento, surgió desde lo profundo de una casa vacía.
Y así comenzó todo.