seyrom0820
Bienvenido a Distrito Federal 1978, lugar lleno de vida, nuevos descubrimientos, mucho atole y poca conciencia social.
Donde la primavera pasa desapercibida ante los ojos de los demás y donde vale más una reputación que una vida.
La vida es un lapso demasiado corto comparado con la eternidad, y la juventud es apenas una pizca de tiempo que podemos desperdiciar o poder aprender; es un tiempo tan corto que no nos damos cuenta de que estamos en la mejor etapa de amar y ser amados, de llorar, reír, de sentir. Al igual que la primavera, la juventud pasa tan rápido que apenas nos detenemos a observar la belleza y singularidad que hay en ella. Es especial si esa juventud es perseguida por la oscuridad de la muerte.
La vida es algo injusta con los futuros adultos, o mejor dicho, con los adolescentes con alguna enfermedad que, si no es tratada a tiempo, la muerte llega así sin más, concluyendo con su vida antes de empezar a vivirla. Vivir sin vivir, sin experimentar, sin poder ser libres.
La primavera acaba y, después de su muerte, solo queda eco de lo que fue. Ninguna primavera volverá a ser igual ni tampoco los corazones latirán al mismo ritmo ni con la misma intensidad.