Drawsamz
Kang Jae-hyun, a los diescinueve años, aún no es una estrella, pero tiene una esencia cautivadora. Estudiante becado en una prestigiosa academia de artes en Seúl, destaca en fotografía, viendo belleza en lo no convencional y con una intensidad tranquila. Vive con su abuela, ex actriz de teatro, quien le inculca un sentido de glamour y historias no contadas. Jae-hyun busca capturar momentos fugaces, quizás para aferrarse a algo permanente en un mundo transitorio.
Por otro lado, Park Kiki, a los diecisiete, es una artista callejera vibrante, independiente y rebelde, que vive en un distrito menos acomodado. Su arte crudo refleja su vida difícil con un padrastro abusivo, y su mayor consuelo es cuidar a Min-jun, su hermano menor. Sueña con escapar a través del arte, aunque su mirada brilla con miedo y pasión.
Jae-hyun, en una tarea de fotografía urbana, presencia un altercado en un callejón: Kiki defendiendo a Min-jun, enfrentando acosadores. Sin intervenir, captura la escena y deja fotos en un sobre anónimo en un refugio cercano. Semanas después, Kiki y su hermano enfrentan peligro, y en un acto desesperado, Kiki empuja a su padrastro, que tropieza y muere accidentalmente. En pánico, huyen en la clandestinidad, viviendo en sombras y refugios temporales.
Años después, Jae-hyun, ya en ascenso, nota un arte callejero que aparece en rincones ocultos. Reconoce en él el estilo de Kiki. Cuando descubre que esta vive en una comunidad oculta, la entrevista con cautela. Su vínculo crece en secreto, ambos cargados de secretos y heridas.
Un descubrimiento inesperado, con viejas fotografías de Jae-hyun, puede exponer a Kiki. La verdad, la exposición y el pasado vuelven a acecharlos, pero quizás, a través del amor y la empatía, puedan encontrar paz y libertad, construyendo su futuro desde las cicatrices del pasado.