alejandralapo
Ella pensó que sus prácticas en el geriátrico serían solo un requisito más para graduarse. Lo último que esperaba era encontrarse con un coordinador que parecía disfrutar molestándola... y que pronto descubriría cómo hacerla sonrojar con solo una mirada.
Él era serio, mandón, con esa mezcla de paciencia y carácter que solo alguien acostumbrado a lidiar con todo tipo de personas podía tener. Lo curioso es que a una de sus compañeras ya le gustaba, pero ella ni siquiera lo había notado... hasta que comenzó a hablar con él.
Entre pasillos silenciosos, pacientes que dejaban lecciones de vida y momentos robados a la rutina, descubrirán que el verdadero reto no está en cumplir las prácticas, sino en escuchar los latidos de un corazón que empieza a desobedecer.
¿Será capaz de resistirse a lo que siente por su coordinador... o terminará cayendo en un amor tan inesperado como prohibido?